sábado, 3 de diciembre de 2011

Cruzando historias





"Es todo el mundo, quiero decir. Todo lo que hace la gente es tan..., no sé..., no es malo, ni siquiera mezquino, tampoco estúpido necesariamente. Simplemente tan minúsculo e insignificante, y... deprimente. Y lo peor es que, si te vuelves bohemio o algo así de loco, sigues siendo tan conformista como los demás, sólo que de un modo diferente. - Se calló. Sacudió la cabeza brevemente, con la cara muy blanca, y por un segundo se tocó la frente; al parecer, más que para comprobar si estaba sudando, para ver, como si fuera su propia madre, si tenía fiebre -. Me siento tan extraña. Creo que me estoy volviendo loca. Puede que ya lo esté."

(Franny Glass / Fragmento de "Franny and Zooey" de J.D. Salinger)

Unas semanas atrás, les conté a mis amigos de teatro que cuando me quiero escapar del trabajo me encierro en el baño y no quiero salir. La gente que trabaja conmigo ya se dió cuenta de que hago eso pero parece importarles muy poco. Me justifican con esta simple frase: "Es que ella es una artista, no es normal". Cuando conté esto en clase, la Bruni exclamó: "¡Sos Franny Glass hija de puta!" (siempre tan pedagógica) y me mandó a leer este libro. Hoy ya puedo afirmar que los Glass son una familia amiga. Los conozco y se ganaron mi afecto. Eso si, leer los pensamientos de Franny, fue... un viaje terrible a un mundo se sensaciones vividas que a veces prefiero olvidar. Ella se encuentra en un bar con su novio Lane después de dos semanas:

"-¡Me alegro tanto de verte!- dijo Franny cuando el coche se puso en marcha-. Te he echado mucho de menos. Ni bien hubo pronunciado esas palabras comprendió que no las sentía en absoluto. De nuevo con un sentimiento de culpa, cogió la mano de Lane y entrelazó sus dedos con los de él cariñosa y estrechamente."

Nunca más estaré en ese lugar. Es uno de los pocos nunca que me permito sostener en mi cabeza que anhela la relatividad constante. "Perdoname, pero estás loca"... fue su argumento cuando parecía que todo se terminaba antes de empezar. Sin embargo, volvió y todo fue mágico. Vimos durante muchas noches el cielo de Boedo entre tangos y delirios. ¿Qué mejor que perderse en un amor sin definiciones?. No le conté casi nada de lo que soy. Él fue un enigma para las personas que me rodean, solo un nombre que resuena cada tanto. Hasta que llegó (lo que podría llamarse) el final melodramático. Una noche me escapé corriendo de un bar. Llovía mucho. Con mi piloto rojo, el rimmel corrido, ahogada en llanto en una esquina perdida de Villa Crespo lo miré y le dije: "¿Estás seguro de lo que me estás diciendo?". Él (que nunca negó su cobardía) no respondió. Yo me fui. Así como me fui ayer (después de pasar junto al grupo de amigos maravillosos que compartimos en común) cuando me preguntó por qué no me quedaba. No me di vuelta para mirarlo, no había necesidad de sumar una gota más de dramatismo.


Como Franny, nunca oculté mi locura.

Como varios, aún creo en que es posible "a love story in an absolut world".

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