miércoles, 30 de noviembre de 2011

Un lunes

Un lunes en una empresa un empleado falleció. Alguien imprime un cartel para dar aviso al personal. Los dueños mandan un mail de pésame. La recepcionista llega tarde y con resaca. La contadora come con culpa una galletita con membrillo. El gato quiere entrar al edificio pero lo echan. La señora que limpia chatea desde su celular escondida en la cocina. La máquina de café se queda sin agua. El jefe pregunta con timidez el saldo de los bancos. La secretaria mira con resquemor las manos del cadete. Alguien se fuma un pucho en la entrada. La pava eléctrica larga vapor. Un interno suena sin parar. Un chico se puso una gorra para no mostrar su corte de pelo. Los proveedores esperan en fila en la ventanilla de pagos. Un señor de traje está cruzado de piernas en el sillón. La auditora muestra las fotos de su perra. Una chica del segundo piso se queda sin Internet. El chico de sistemas no está en su oficina. Dos hombres discuten en el patio. Alguien saca plata de la caja chica para el almuerzo corporativo. La recepcionista pone la mesa. Una de las dueñas se retira temprano. Otra pide un adelanto de sueldo. El resto de los empleados pasa la tarde en un fingido estado de aflicción. Antes de irse, la recepcionista envía una corona de flores al velatorio en nombre de la empresa.

viernes, 25 de noviembre de 2011

Una carta de amor

Todo lo que de vos quisiera
es tan poco en el fondo
porque en el fondo es todo,

como un perro que pasa, una colina,
esas cosas de nada, cotidianas,
espiga y cabellera y dos terrones,
el olor de tu cuerpo,
lo que decís de cualquier cosa,
conmigo o contra mía,

todo eso es tan poco,
yo lo quiero de vos porque te quiero.

Que mires más allá de mí,
que me ames con violenta prescindencia
del mañana, que el grito
de tu entrega se estrelle
en la cara de un jefe de oficina,

y que el placer que juntos inventamos
sea otro signo de la libertad.

(J.C.)

martes, 22 de noviembre de 2011

Todo es memoria que vuela libre




Visité una ciudad con lagos.

Fui al cementerio de promesas.

Me acerqué a la orilla y dejé en libertad al recuerdo de lo que no fue.

Este es el momento exacto.

Estas son las palabras que acompañaron la ceremonia.

lunes, 21 de noviembre de 2011

Yo soy ANNIE HALL

A veces pienso en esa época, fue corta pero significativa. Ese tiempo de pelos largos, billeteras vacías y una habitación sin pintar. Había una foto fuera de foco, varias tazas de té a medio terminar (porque éramos hippies tomadores de té), listas de pendientes y una computadora al borde de la muerte repleta de .txt con proyectos inconclusos. Había un amor tan profundo que el aire era espeso. Se habían juntado mi querido oso Tito y su mantita de bebé. Era una de esas historias que parecían compartir un pasado más allá del tiempo y del espacio. Nacidos en el mismo año, con los mismos caprichos infantiles, nos dábamos unos abrazos interminables.
El calor de su pecho, el olor a Dove en sus axilas y en las mías, el pelo enmarañado. La guitarra desafinada, su voz desafinada. Mis cuadernos negros, llenos de misterios. El póster de una película que ya ni recuerdo. Un "Te amo" dibujado detrás de la cabecera de la cama con fibrón indeleble sobre esa pared gastada. Millones de cosas, muchas aventuras, mucho ego, mucho cariño. Esa sensación increíble de poder decir "de vos me gusta todo". El mismo brillo en mis ojos y en sus ojos, ese brillo de amor y de encanto, de orgullo casi fraternal, de locura rabiosa. Ese corazón que late como nunca.
Eso fue amor. Eso fue pasión. Eso para mi fue la vida.
Hoy ya somos burgueses, tenemos otras historias a cuestas. Nos volvimos oscuros cuando se nos voló la ternura. Hoy la misma habitación se llenó de tecnología, de cosas caras y caretas. Ya no hay fotos fuera de foco ni tareas pendientes. El aire es fresco, como debe sentirse el vacío. Y las paredes están perfectamente pintadas de color rojo, penetrante. Un color espeso, llamativo, fuerte… Quizás para que a aquel pequeño "Te amo" dibujado en tiempos de antaño no se le ocurra salir y recordarnos que por un momento, fuimos otros y fuimos felices.



(finalmente lo encontré. éramos tan jóvenes)

lunes, 14 de noviembre de 2011

Siempre hay cosas interesantes para decir sobre Nietzsche

"En algún apartado rincón del universo vertido centellantemente en innumerables
sistemas solares, hubo una vez una estrella en la que unos animales inteligentes
descubrieron el conocimiento. Fue el minuto más arrogante y más falaz de la “historia
universal”: de todos modos sólo fue un minuto. Tras unas pocas aspiraciones de la
naturaleza, la estrella se enfrió y los animales inteligentes tuvieron que morir. Alguien
podría inventar una fábula similar y, sin embargo, no habría demostrado de un modo
satisfactorio hasta qué punto el intelecto humano constituye, en la naturaleza, una
excepción lamentable, vaga, fugitiva, inútil, y arbitraria. Hubo eternidades en las que él
no existía; si vuelve a desaparecer no habrá pasado nada. En efecto, el intelecto en
cuestión no tiene otra misión más amplia que trascienda la vida humana. Es
simplemente humano y sólo su poseedor y su productor se lo toman tan patéticamente
como si los goznes del mundo giraran sobre él. Ahora bien, si pudiéramos ponernos
de acuerdo con los mosquitos, veríamos que también ellos se mueven por el aire con
el mismo pathos y que perciben en sí mismos el centro volante de este mundo. En la
naturaleza nada es tan rechazable e insignificante que, mediante un pequeño hálito de
esta fuerza del conocer, no se hinche como odre. Y así como cualquier mozo de
cuerda quiere tener su administrador, así el hombre más orgulloso, el filósofo, cree
que desde todas las partes los ojos del universo observan telescópicamente su acción
y su pensamiento."



( "Introducción teorética sobre la verdad y la mentira en el sentido extramoral" / F. Nietzsche)



Este sigue siendo, por lejos, uno de mis textos favoritos. Puede sonar snob, pero creo que quien no leyó a este gran pensador se pierde mucho. La verdad conlleva una mentira encubierta por el arte del disimulo del intelecto finito del ser humano. Somos lobos creadores, no vivamos como ovejas. Las verdades absolutas son para los cobardes; la justificación, su modo de supervivencia. Lo que llamamos "realidad" no es más que un cúmulo constante de exitaciones nerviosas que nos estimulan... ¿para qué restarle intensidad? La vida es una sola y dura dos minutos. No lo dije yo, solo me hago eco de sus rockeras palabras.

viernes, 11 de noviembre de 2011

The five steps of the strangeness

Hello, stranger...
así comienza
uno más uno
un mismo lugar.
Hello, stranger...
la caminata fresca
el roce de una mano
ya somos anécdota.
Hello, stranger...
palabra insólita
pasiones encontradas
un abrazo vespertino.
Hello, stranger...
fuera de hora
extrañarnos sin razón
fin de lo casual.
Hello, stranger?

miércoles, 9 de noviembre de 2011

Corazones valientes




( cortesía de Vv, dueña de un hermoso carrusel )

martes, 8 de noviembre de 2011

Más dos que nunca

"Eros es un dios celoso. Quien ama quiere poseer, quien ama quiere conservar, y para sí solo. ¡Si ella es feliz con otro, preferirías verla muerta! Si él es dichoso con otra, lo preferirías desventurado, pero a tu lado… Bonito amor, que sólo es amor de uno mismo.
¡Cómo la extrañas, sin embargo! ¡Cuánto la deseas! ¡Cómo la amas! Eros te tiene, Eros te desgarra: amas lo que no posees, lo que te falta, y es lo que se llama una pena de amor.
¡Pero hete aquí que te ama de nuevo, que te ama para siempre y que está de vuelta, contigo, para ti, tuya…! ¡Qué violencia en el reencuentro, qué avidez en los abrazos, qué salvajismo en el placer! Y después del amor, qué paz, qué reflujo, qué súbito vacío… Ya te siente menos presente, menos urgente. ¿Me amas todavía?, te pregunta. Contestas que sí, por supuesto. Y sin embargo la verdad es que ya no te hace tanta falta, y que ella te necesita menos. Ese sentimiento volverá, así está hecho el cuerpo. A fuerza de estar ahí todos los días, todas las noches, todas las tardes, todas las mañanas, terminarás, empero, por echarla a faltar cada vez menos, cada vez menos frecuentemente, después menos que otra o que la soledad. Eros se aburre: tienes lo que ya no te falta, lo que se llama una pareja."


( fragmento de "Pequeño tratado de las grandes virtudes" de André Comte-Sponville )


En la etapa final de la elaboración del documental.

Con esto, me consagro o se me va la vida.

Hay que arriesgar.

jueves, 3 de noviembre de 2011

Fútbol


Cambiás un hábito y cambia todo. Hoy vine al trabajo caminando por la vereda opuesta a la que acostumbro. Se sintió raro y llegué tarde (tengo un GPS visual y me pasé dos cuadras al no percibir de refilón el bar rojo de la esquina en la cual tengo que doblar). Lo fantástico fue que en el camino me encontré una foto tirada. Apareció de la nada, delante de mis pies. Bordes redondeados y colores gastados. Fecha: Octubre de 1981. Una foto maravillosa, un grupo de pibes en un potrero. Sus caras, sus expresiones, la pelota… un tesoro que sólo Barthes podría apreciar en su totalidad. Me la guardo solo para mí porque así lo quiso el destino. La cuestión es que me hizo pensar en mi club, el Club Atlético Amigos Unidos de Balcarce. Mi papá era director técnico, mi hermano el 9 del equipo, mi mamá miembro de la comisión y yo… bueno, hincha oficial y la chica que atendía el quiosco de la cancha y preparaba las hamburguesas y los panchos. Esta foto que acompaña el post, son “los cuervos” clase 88, en un torneo que se jugó en Necochea y en el cual salimos campeones con un gol (modestia aparte) in-cre-í-ble de mi hermano. ¡Cuántos recuerdos! El fútbol, para mi, fue (y es) mucho, demasiado. Tengo tantas anécdotas, tantos viajes, tantos partidos vistos. Subirme al colectivo de la hinchada, colgar las banderas, las cábalas de mi viejo, los insultos, las lesiones, los festejos, las fiestas de aniversario, las rifas, la tribuna… tantas cosas, tanta emoción que revive hoy, con una foto que trajo el viento. Nada es casual. Llego al trabajo, prendo la computadora y tengo una nueva solicitud de amistad: “Los Cuervos de Balcarce”. Justo el día en que me pongo a pensar en ellos. Justo cuando necesitaba recobrar las emociones perdidas.

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