lunes, 31 de mayo de 2010

Podio de pélículas

Al mejor estilo programa de televisión que se queda sin raiting, me ecuentro en mi blog estrenando sección dónde hago un recuento de las películas vistas y selecciono(sólo en base a mi gusto) los tres films que más me gustaron. En este caso, en el bimestre ABRIL - MAYO 2010, las participantes son:

Ágora (A. Amenábar / 2009)
Hachi (L. Hallstrom / 2009)
An Education (L. Scherfig / 2009)
Up in the air (J. Reitman / 2009)
Crazy heart (S. Cooper / 2009)
The blind side (J. Lee Hancock/ 2009)
Siete almas (G. Muccino / 2008)
The Hangover (T. Philips / 2009)
Alicia en el país de las maravillas (T. Burton / 2010)
After life (H. Koreeda / 1998)
The lovely bones (P. Jackson / 2009)
Tiempo de volver (Z. Braff / 2004)
Aquamarine (E. Allen / 2006)
Tropa de elite (J. Padhila / 2007)
Brothers (J. Sheridan / 2009)
El niño del pijama a rayas (M. Herman / 2008)
Cracks (J. Scott / 2009)
La via lactea (L Buñuel / 1969)
Playtime (J. Tati / 1967)
F for fake (O. Welles / 1973)
Un hombre solo (T. Ford / 2009)
Glorius 39 (S. Poliakoff / 2009)
Fame (K. Tancharoen / 2009)
Crepúsculo (K. Hardwicke / 2008)
Nueva luna (C. Weitz / 2009)
Carancho (P. Trapero / 2010)
La cuarta fase (O. Osunsanmi / 2009)
Guerra de novias (G. Winick / 2009)
Entre los muros (L. Cantet / 2008)


Y las ganadoras son...

1) Por su sensibilidad cinematográfica, su ritmo armónico, sus buenas actuaciones, por una banda sonora impecable y lo que es aún mas impactante, por ser una ópera prima, el primer puesto es para:




2) Por su manejo del tiempo, por el suspenso implícito, por su perfecta utilización de la estética documental, por ese mundo extraño que construye y por la forma que te hace reflexionar acerca de tu vida, el puesto número dos es para:


3) Porque es una historia real que me conmueve, porque él tiene una mirada y una paciencia budista admirable, porque el perro se roba la película y porque me hizo emocionar hasta las lágrimas, el tercer puesto es para:

jueves, 27 de mayo de 2010

Oceánides



La playa queda desolada nuevamente. El mar está enfurecido. Varias olas pasan y golpean fuerte contra la orilla. En medio de ellas, comienza a asomarse algo. Caminando erguida y lentamente desde la rompiente del mar se asoma VICTORIA. Completamente mojada, con la ropa deteriorada, con sus cabellos largos húmedos contra el cuerpo. Sus ojos claros brillan más que nunca.
Finalmente sale del mar y se acerca hacia el lugar dónde EDGAR había enterrado algo. Se arrodilla y lentamente comienza a cavar con sus manos. De allí, saca una lujosa caja de madera. La abre con cuidado. VICTORIA queda arrodillada frente a una caja repleta de los papeles que ella escribía y pegaba en la heladera. Sobre ellos, hay uno con diferente letra. Lo toma y lee lo siguiente: “Nunca te amé tanto como el día en que te perdí”. VICTORIA queda perpleja observando el mar. Algunos de los otros papeles se vuelan con el viento.


PD: que suerte que escribir sigue siendo gratis. Algún día guardaré todos estos guiones en una caja de madera y quizás el mar se los lleve hacia un lugar dónde sean necesarios.

miércoles, 12 de mayo de 2010

Memorias fuera de foco


Me pongo melancólica y me vuelvo un poco tonta. Me meto en lugares que no debo y salta delante de mi cara aquella enseñanza de García Marquez que me recuerda que "la memoria no tiene caminos de regreso". Son simples cosas las que disparan esas punzantes angustias que duelen tanto que ya no distingo si es tristeza, nostalgia o una mezcla de amor con desconsuelo. Vuelvo a pensar una vez más en mi archienemigo, el tiempo. El tiempo y su doble funcionalidad, que por un lado (afortunadamente!) entierra despacito esas cosas que parecían insuperables y por otro, desgasta hasta las mañanas más felices. Una vez leí un mail devastador. No me involucraba a nivel personal ya que era la historia de amor de otras personas, pero de alguna forma me quedó grabado ese gesto y las últimas palabras que coronaban una moraleja tristemente cierta: "El tiempo todo lo destruye."
Y así como si nada retomo una lucha inútil cada vez más carente de oraciones decorativas... y sin ningún dejo de belleza, arte o reflexión, me quedo en este punto del relato donde mueren las palabras.

Datos personales