La chica francesa de catálogo y el narco colombiano

Él tiene una simpatía única, es por eso que la mesera accedió a armarnos una mesa en el lugar que yo quería. Estando sola, no hubiese tenido el placer de cenar apreciando la hermosa vista de la terraza (es vox populi que no le caigo bien a la mayoría de las mujeres). Pero él, con una sonrisa lo puede todo. Una batalla a su favor y lo sabe. Me mira y se ríe socarronamente: "Debe ser por la camisa, con estas palmeras parezco un narco. Nadie se metería con un narco y su chica francesa de catálogo". Yo insisto en la reafirmación de mis raíces italianas... pero él, desde que me conoce, dice que me mira y ve París. Eso y que la ropa me la elige el mismísimo Tim Burton. Exagera. También exagera con el número de personas que me relojean las piernas cada vez que salimos. Lo atractivo no son mis piernas, ni la camisa con palmeras, ni las charlas efusivas. Lo atractivo es ese "no se qué" entre nosotros. No nos une el amor ni el espanto. Pero la noche porteña la hacemos nuestra cada vez que caminamos juntos. Y yo voy con la cabeza en alto, orgullosa de ir de la mano de un chico con camisa hawiana y sonrisa perfecta. We are beautiful together