miércoles, 12 de mayo de 2010

Memorias fuera de foco


Me pongo melancólica y me vuelvo un poco tonta. Me meto en lugares que no debo y salta delante de mi cara aquella enseñanza de García Marquez que me recuerda que "la memoria no tiene caminos de regreso". Son simples cosas las que disparan esas punzantes angustias que duelen tanto que ya no distingo si es tristeza, nostalgia o una mezcla de amor con desconsuelo. Vuelvo a pensar una vez más en mi archienemigo, el tiempo. El tiempo y su doble funcionalidad, que por un lado (afortunadamente!) entierra despacito esas cosas que parecían insuperables y por otro, desgasta hasta las mañanas más felices. Una vez leí un mail devastador. No me involucraba a nivel personal ya que era la historia de amor de otras personas, pero de alguna forma me quedó grabado ese gesto y las últimas palabras que coronaban una moraleja tristemente cierta: "El tiempo todo lo destruye."
Y así como si nada retomo una lucha inútil cada vez más carente de oraciones decorativas... y sin ningún dejo de belleza, arte o reflexión, me quedo en este punto del relato donde mueren las palabras.

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