Estaba en la parada del colectivo. No me gusta estar primera en la cola
porque me obliga a discutir con los posibles "colados". La fila detrás mío era larga, debido al horario de salida de los colegios. Una señora que pisaba los sesenta y una nena, llegan y se ponen directamente delante mío sin preguntar ni decir nada. La nena, reflexiba, le pregunta a su abuela: "¿No tendríamos que ir al final de la cola?". La señora, sin saber que decir, debió obedecer las indicaciones de su educada y respetuosa nieta. ¡Cúanto deberían aprender algunos adultos de los modales de los niños!
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