"Dicen que el amor es ciego, parece que tampoco tiene sentido del gusto". Muy gracioso su comentario, pero esta vez, se equivocó. No soy amiga de la cocina, pero el gulash es mi especialidad. Salió bien, pero temía que la cantidad sea exagerada. Resultó ser la medida justa, sirvió como cena y como almuerzo para dos. Fue necesario que pasaran unas horas para que me de cuenta de eso, de que no había exagerado y de que en la cocina, como en la vida, las cosas pueden salir simplemente bien.
También pasó un tiempo entre nosotros que sirvió para dejar atrás exageraciones y temores. Hoy lo vi en la puerta de mi trabajo, con lentes oscuros acompañado de su bicicleta. Me dice que estoy linda y me pregunta si tengo novio en el trabajo. Me río internamente y pienso que no me hace falta otro ingrediente más que su perfecta sonrisa.-
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